1 ene 2011

Capítulo 29.

Sábado, 16:43.
Carmen.
Está tumbada sobre su sucia cama. No puede más. Está agotada, no puede moverse. Tiene frío, mucho frío. Cree que tiene fiebre. No para de tiritar. Está blanca y tiene unas grandes ojeras moradas que se ven a distancia. Su cuerpo se ha convertido en un auténtico esqueleto y el pelo  tan bonito que tenía se ha transformado en una horrible montaña de pelo estropajoso y sucio. Tiene los dientes amarillos y las uñas comidas de mierda. La ropa la tiene hecha pedazos. No puede más. Se le cierran los ojos. Lucha por mantenerlos abiertos. Todo está lleno de cenizas de tabaco y tiene botellas vacías de whisky, ron y licor por todas partes. Todo está sucio y apenas puede respirar. Intenta levantarse. No le responde ni un solo músculo. Ha dejado incluso de tiritar. Ni siquiera tiene fuerzas para toser. Sus ojos se cierran lentamente. Sabe que este es su final. Una triste lágrima se derrama por su mejilla y su boca se abre lentamente y con mucho esfuerzo para pronunciar su última palabra, una palabra casi inaudible, pero es su última palabra, y la que más le duele. Sus labios la pronuncian.
- Laura.
Y sus ojos se cierran. Su corazón deja de latir. Este es su final. Todo su sufrimiento ha terminado, por fin.

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