8 dic 2010

Capítulo 1.

Sábado, 13:06.
Laura.
Se despierta. Está mareada. No sabe si debe salir a tomar el aire o si debe quedarse en la cama todo el día. No se acuerda de nada. Intenta recordar que pasó anoche. Fiesta, alcohol, música, más alcohol... Le duele la cabeza. Decide levantarse. Siente un mareo... Oh, oh. Sale corriendo, intenta llegar al baño de cualquier forma. Sale de la habitación, pasa por el pasillo... Pero le es imposible. Antes de alcanzar la puerta le da un fuerte mareo y cae al suelo, sin fuerzas, sin poder mantener cerrada la boca. Puaj. Que asco. Siente un terrible dolor de cabeza, pero ya se encuentra un poco mejor.
Va en busca de la fregona.




Sábado, 13:09.
Paula.
Está despierta, lleva un rato así, tumbada, pensando. Pensando si lo ocurrido esa noche pasó de verdad, o si fue solo un sueño. Recuerda que salió a divertirse con su amigo, que entraron en aquel lugar. Recuerda la música, la bebida... Y la recuerda a ella. No recuerda exactamente lo que pasó, solo recuerda aquella cara, aquellos ojos, aquel pelo, aquellos piercings, aquellos labios... y aquel beso. Es lo único que recuerda bien. El beso. No recuerda su nombre ni nada más de ella.




Sábado, 13:28.
Alex.
Está sentado en el sofá, viendo la tele. Recuerda perfectamente la noche. Recuerda como todo el mundo se divertía, menos él.
Al principio, todo iba bien. Buena música, buena bebida... Hasta que su mejor amiga se besó con aquella chica. Aquella chica misteriosa que nadie conocía.
Se siente fatal. No sabe por qué, es su mejor amiga desde siempre. Sabía que le gustaba pero nunca había pensado que se sentiría así  al ver que se besaba con otra chica. Nunca había ocurrido nada entre su mejor amiga y él, y llevaban juntos años, conociéndose y viviendo mil aventuras. Pero él sabía que solo había amistad, y lo entendía, le parecía bien. Hasta esa noche. Esa noche se ha dado cuenta de lo que realmente siente por ella. Llevaba un tiempo pensando que le gustaba, pero se ha dado cuenta que es más que eso. Aquella noche, al verla con una chica, se ha dado cuenta de que la ama.
Él ya sabía que a su mejor amiga le gustaban las chicas. Pero nunca la había visto con una. Siempre la veía con chicos, y nunca había sentido eso que estaba sintiendo ahora. Solo había sentido la felicidad al ver que su mejor amiga estaba bien, que era feliz. Hasta que el chico la dejaba y ella acababa llorando en sus brazos, pero era su mejor amiga. Es su mejor amiga.




Sábado, 18:32.
Laura.
Poco a poco se va acordando de todo. Fue a divertirse sola, y acabó liada con una chica. Se llamaba... um... ¿Paula? Sí, Paula. Era una chica no muy alta, con un buen cuerpo, con unas curvas muy marcadas y un buen culo, sí señor. Llevaba una camiseta ajustada, con un escote que dejaba sin aliento a cualquiera. Tenía el pelo largo, moreno, pero con un toque rubio. La cara perfectamente dibujada. Parecía como si todo lo hubiesen colocado en su sitio sutilmente.  Con unos labios carnosos, suaves, con un toque de gloss. Parecían estar pidiendo a gritos que la besaran. Era perfecta. Pero lo que más le impactó no fueron sus curvas perfectamente lineadas, ni su culo perfectamente colocado, ni tampoco esos rasgos tan sensuales de su cara. Lo que más le impactó fueron sus ojos. Sus grandes ojos azules. Fue en un instante, cuando se miraron y pudo ver en el fondo de su mirada un brillo que jamás había visto. Fue algo precioso, pero espeluznante. Recuerda como se le pusieron todos los pelos de punta, y su mirada bajó, inspeccionando centímetro a centímetro todo su cuerpo. Se acercó a ella, como hipnotizada, hechizada, intercambiaron nombres y empezaron a bailar salvajemente. Pero todo acabó en un apasionado beso. A partir de ahí ya no recuerda nada más. Pero imagina que no pasaría nada, pues se ha despertado sola, con su cama vacía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario